Ya están disponibles los resultados de la encuesta elaborada cada año en el Congreso Nacional de la Empresa Familiar con el fin de entender y analizar la situación económica actual y realizar previsiones para los próximos meses y años. Debido a la pandemia, este año la encuesta se ha llevado a cabo con antelación a la celebración del Congreso, en formato online y ha tenido como eje central la COVID-19.
Visión económica y escenario
De media, las empresas familiares suspenden la situación económica actual (4,1 sobre 10) y esperan que el crecimiento a corto y medio plazo de la economía española sea frágil (68%). De acuerdo a las previsiones de 2021, un 42% confirma que las ventas serán similares a las del año anterior, mientras que un 31% espera un aumento de la cifra de ventas.
Más de la mitad de los encuestados (58%) espera reinvertir la mayor parte de los beneficios obtenidos en 2020 en la propia empresa y prevé mantener los niveles de empleo actuales (63%).
La Empresa Familiar en el horizonte de la recuperación
Las áreas en las que la empresa familiar considera que deberían centrarse los fondos europeos son, por este orden: infraestructuras, digitalización y nuevas tecnologías, transición energética y crecimiento sostenible, educación y formación y modernización de la Administración.
Existe bastante división en la previsión para la recuperación de los niveles de facturación, que en el 38% de los casos se ha visto reducida hasta en un 15%. El 26% de las empresas afirman que no será hasta el segundo semestre de 2022 o más tarde, el 27% espera que sea en el primer semestre de 2022, el 25% en el segundo semestre de 2021 y el 22% en el primer semestre de 2021. Para recuperar la confianza, las empresas sostienen que serán necesarias reformas estructurales de calado, acuerdos políticos, soluciones sanitarios y un aprovechamiento eficiente de los fondos europeos.
Preguntadas por las medidas adoptadas para hacer frente a la situación económica derivada de la pandemia, las compañías familiares han optado por el teletrabajo (71%), los ERTE (56%) y la adaptación de la estructura productiva (55%). En menor medida han reducido inversiones y contrataciones (37%), se han endeudado (30%) o han reducido las jornadas o salarios de sus empleados (18%).
Consulta los resultados completos aquí.